Ballena azul: El nombre científico de este gigante de los mares es Balaenoptera musculus. El nombre común de rorcual viene del noruego ror, 'tubo o ranura', y qual, 'ballena', y hace referencia a las barbas.
La Ballena Azul es el animal más grande del planeta, y el mayor que haya vivido jamás en mar o tierra. Puede crecer hasta los 31 metros de longitud y pesar alrededor de 84 toneladas, aunque se han registrado ejemplares de 150 toneladas y más de 32 metros de longitud. Las medidas promedio son 23,4 metros las hembras y 22,6 metros los machos.
Se llaman así a causa de su piel azul-grisácea, ésta posee manchas pálidas más marcadas en la zona ventral. Una de sus características es la de poseer una pequeña aleta dorsal, muy cercana a la aleta caudal, que se evidencia al sumergirse el animal.
La cabeza es algo menor de un tercio del tamaño total. Llega a tener 395 láminas córneas desflecadas a ambos lados de la boca de una longitud máxima de 120 cm. y algo más de medio metro de ancho; esta característica es común a todos los cetáceos de este suborden. Las pequeñas aletas pectorales miden alrededor de una octava parte del total del cuerpo. Posee surcos de cinco centímetros de profundidad en la zona ventral (unos 88) separados por una cinta de unos seis centímetros de ancho.
Las ballenas pueden nadar gracias a su aleta caudal que está puesta horizontalmente. No tienen dientes y su boca en lugar de dientes tiene unas láminas o barbas, con las cuales puede filtrar el plancton o el krill.
Una ballena azul adulta tiene 6 relaciones sexuales por dia.
En cada relación el macho eyacula el equivalente de 400 galones de esperma.
Apenas el 10% de este esperma llega a destino, por lo tanto 360 galones
por relacion sexual son 2160 galones por dia, y por ballena, que
quedan en el mar.
La morfología de la ballena azul, se caracteriza por su color azul grisáceo en su parte superior y laterales. Su cabeza es alargada y fina, de gran dimensión, casi supone un tercio de su longitud total. En su garganta se observan unas rayas longitudinales.
En ocasiones, podemos ver que el vientre del animal toma un color entre amarillo y gris, esto se debe a las algas que se adhuieren a él. Los aventadores, son los orificios situados en la parte superior de la cabeza, a través de los cuales expulsan el aire y el agua, la salida de agua puede llegar a alcanzar casi los 9 metros de altura.
Por el momento no se conoce con certeza la función que realizan los cantos que emiten las ballenas, pero la idea más sostenida es que es un medio de comunicación entre ellas. La ballena azul, emite un canto especialmente lento y monótono que puede ser oído desde unos 4000 km.
La ballena azul suele ser un animal solitario. Sólo se suelen avistar ejemplares juntos en zonas de alimentación o en periodos reproductivos. Aunque no suelen ser más de tres o cuatro ejemplares juntos. Actualmente, se estima una población mundial de 11.000 ejemplares. Aunque pueda parecer una cantidad grande, no lo es, ya que al principio se contaban cerca de 200.000 ejemplares.
El canto de la Ballena Azul:
El animal más grande del mundo ya no canta como antes lo hacía. Por alguna razón que mistifica a los científicos, las ballenas azules han modificado el tono de sus canciones.
Cada año las ballenas azules entonan sus misteriosas canciones con voces más profundas. Científicos del Scripps Institution of Oceanography y del Whale Acoustics llevan estudiando las canciones de las ballenas desde los 60 y han notado que la frecuencias tonales de las ballenas disminuyen unas pocas fracciones de hertz cada año. Esto es aún más asombroso dado que las poblaciones de ballenas y sus canciones difieren en cada océano y sin embargo la modificación es constante. O sea que pese a no haber una conexión física aparente, la modificación se transite a toda la especie, quizás a través de una resonancia mórfica.
La primera explicación sería que las ballenas han modificado sus cantos debido a la contaminación sónica del mar, pero si quisieran hacerse escuchar por encima del tecnoruido que anega el océano, elevarían el tono.
Otra explicación sería que las ballenas responden a la dinámica de cómo viaja el sonido al tiempo que los océanos se calientan, pero la variación en la temperatura y su efecto en la transmisión del sonido es demasiado pequeña para el nivel de variación en las canciones de las ballenas, el 31% desde los sesentas.
Podría ser que las ballenas han alterado el tono de sus canciones debido a que la población general de ballenas azules ha aumentado en los últimos años y al estar más cerca entre sí ya no necesitan cantar a frecuencias más altas para llegar a sus compañeras. Pero en poblaciones estudiadas en las que el ritmo de crecimiento se ha mantenido estable también se observa el cambio.
Otra teoría, quiza la más plausible, tendría que ver con que debido a que las ballenas azules más grandes y "viriles" producen canciones más profundas, de menor tono, otras ballenas más pequeñas han aprendido a imitarlas, siendo que las canciones al parecer están relacionadas con el proceso de selección de pareja (algo bizarramente similar a los hombres precipitándose al gimnasio a inflar sus músculos). Sólo los machos entre las ballenas azules cantan, mostrando un eco del amor cortés provenzal, donde la voz poética es la seducción del eterno femenino (la enorme princesa azul debajo del agua).
Hal Whitehead, biólogo marino de la Universidad de Dalhousie, cree que las canciones de las ballenas son una manifestación cultural.
"La posibilida más excitante es que se estén escuchando entre sí. Este es un fenómeno cultural mundial y es algo bastante cool", dice Whitehead.
Quizá las ballenas, inevitablemente conectadas por una capa colectiva, también padecen la globalización. Algunos estudios demuestran que los cétaceos tienen un sentido de comunidad y una extraordinaria sensibilidad para percibir las emociones y las más mímimas inflexiones en el comportamiento de sus semejantes. (Se han encontrado en las ballenas grandes concentraciones de neuronas conocidas como “spindles” - a las que muchas veces se refiere como las neuronas que nos hacen humanos ya que están ligadas a funciones cognitivas como la conciencia, la compasión y la expresión lingüística- además estas células cerebrales evolucionaron en las ballenas hasta 15 millones de años antes que en los humanos. Así que si las ballenas son conscientes, lo son desde mucho tiempo antes que nosotros).
No sería imposible que las ballenas también perciban el "groove" del tiempo y sus canciones, su música, su forma de sentir el universo se adapta y refleja las corrientes del mundo que se transforma constantemente. De la misma forma que el hombre altera su cultura conforme a la moda y al mundo en el que vive.
En la novela "The Illuminatus Trilogy" de Robert Anton Wilson, una genial comedia psicodélica de proporciones épicas, un cétcaeo inteligente, Howard, se comunica con el tychoon de un submarino a través de un software que traduce el lenguaje cétaceo al humano. Entre sus converaciones el cétaceo es dado a intercalar improvisaciones poéticas, y le revela a Hagbard Céline que su especie cuenta con un enorme acervo cultural de poesía oral y leyendas, las cuales sirven como una memoria del mar, incluso recuerdan la civilización de la Atlantis con melífluas frecuencias (inflorescencias). Céline bromea que esto es así ya que los cétaceos no tienen manos para escribir; Howard aclara que su especie se dedica a contemplar y celebrar la belleza de la existencia atravesando el mar reverberante de canciones cifradas, sin necesidad de entablar empresas bélicas o grandes construcciones, sólo como espejo cósmicos del joie de vivre. Yo conjeturó que esta disparatada ficción podría extrañamente tocar fibras profundas en el significado de las canciones de las ballenas.
Otra razón posible que los científicos difícilmente investigarían es que posiblemente las canciones de las ballenas sean una especie de frecuencia armónica que produce un efecto en los campos electromagnéticos de la Tierra, tal vez una frecuencia de sanación o equilibrio. Hay que recordar que el sonido es una frecuencia energética capaz de alterar la composición molecular de la materia, y que todas las partículas atómicas están constantemente girando: una vibración cuidadosamente calibrada pordía incluso producir una mutación en el ADN de un organismo vivo. Los cétaceos podrían ser los guardianes del código planetario de la "perla azul".
Mark Fischer ha transformado los cantos de ballenas en visuales a a partir de representaciones matemáticas que muestran que los cantos forman cristales y mandalas. (Ver mandalas de cantos de ballenas)
Perece increíble que el hombre haya llevado al animal más grande del mudo al borde de la extinción. A pesar de que sólo recientemente estamos siendo testigos de su leve recuperación, esperamos que esta especie emblemática y su dramática historia nos ayuden, a través de la educación y la difusión, a generar las condiciones necesarias para que un escenario de conservación en torno a la ballena azul permita generar un positivo cambio a largo plazo en los océanos. En un mundo en el que los recursos naturales son extraídos constantemente y en muchas ocasiones sobre-explotados, consideramos una prioridad fundamental el diseminar el mensaje que la ballena azul nos esta consignando silenciosamente.