Mientras el mundo giraba en un constante peligro, las salidas del hombre hacia una escape perfecto,iban cerrandose de a poco. Tan drastica era aquella situacion, que ni los malvivientes tenian opciones, solo podian dejar morir la esperanza o morir con ella. El sabio de la Tierra, contaba sus historias previas al desastre, para derramar lagrimas en los oyentes y permanecer con firmeza sobre su puesto. Era amado, odiado y envidiado por todos, escondia los secretos milenarios mas reveladores de la era, y aún asi, se negaba a relatarlos. Sabia que el fin de su conocimiento se unia al fin de otros, y preferia que murieran en su memoria, a aceptar que el destino de muchos, dependia de eso.
Tendida su alma en el umbral de lo inconcreto, busco la manera de aliar ambos problemas, y en el recinto menos pensado hallo la forma de hacerlo. El primer paso era llamar a todos los habitantes de la galaxia y formar una ronda, unidos por las manos, proceso que llevo meses y enredos, pero se logro. Cada ser viviente se encontraba entonces, unido a otro. El segundo, fue que cada una hilara la palabra del otro, sin importar cuantas veces se repetian las mismas palabras, y al final del año, se habia nombrado 455990 veces la palabra paz, 3100500 la palabra amor, y el resto fueron palabras sueltas sin sentido. El ultimo paso fue el mas importante. El sabio se soltó de la ronda, y dijo "paz y amor". Dentro del circulo quedo un espacio que separaba a Europa de América, entonces miro al universo y dijo: -No teman al vacío, no se limiten a imaginar que si algo no está es porque se ha ido. En tan solo un año, fue mas la espera por una palabra, una mano que acciones. Ahora sueltense. Ahora cambien el mundo.
Todos fueron por caminos distintos sembrando la enseñanza de un nuevo comienzo, mostrandole al destino, que en esta vida, existe el final feliz.
miércoles, 22 de mayo de 2013
Prisioneros de mil destinos
domingo, 3 de febrero de 2013
Galaxia
Tengo que relatar la obsoleta forma en la que intimidas mis pensamientos, desde lejos no se nota la perseverancia, pero intuyo que quieres acercarte más. ¿Qué tal sin antes charlamos entre café y café?. Claro que no, tienes en limpio tus deseos, aunque el saber siempre es tu fuerte y has descubierto cuál es mi opinión.
Temo por mi salud mental, te entrometes en mis ideas, alborotándoles como abeja reina en su propio panel, incluyendo mis sentimientos, y tu salteas todo, desde el comienzo al final, no dejas que el viento sople tu cabello que en un instante tus dedos se entrometen por encima de la naturaleza.
Temo por mi salud mental, te entrometes en mis ideas, alborotándoles como abeja reina en su propio panel, incluyendo mis sentimientos, y tu salteas todo, desde el comienzo al final, no dejas que el viento sople tu cabello que en un instante tus dedos se entrometen por encima de la naturaleza.
Una guitarra suena en el fondo de mi alma, una sinfonía delatora de mi turbulento cuerpo, sintonizando melancolías suaves que van bailando al compás de tus movimientos.
Fui capturado, nuevamente, por la misma red. Que débil es la carne humana, que fácil fue decir sí, aunque en mi mente sigue el no. Que potente el deseo, aunque cruzar rumbos complejos sean más que travesías, que aunque suplique la abstinencia de lo irreal, el sujeto malévolo eterno que hay en mí, se voltea a mi solemne realidad, el vacío de mi existencia.
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