Y es que mi ser me cuestiona cosas que solo tu alma puede responder, pero sin respuestas mi mente no deja de comerse día a día, siendo mi pena y consuelo que sea lo que decidas, lo haces pensando en mi.
Todas las presencias que fui, van pasando a ser ausencias.
Y te vuelves la ausencia de mi calma, mis ansias y desespero, mi gula y sueño, por ti ya no decido, solo te espero. Descubro que solo soy un reflejo vacío, de cada espacio lleno de nada. Recuerdo aquella vez, cuando dijiste te amo, como te aferraste a mi en cada minuto de mis días y sin embargo yo, seguí ausente, así como ahora lo eres tu.
No se puede querer al destino, sin rebozarse de esperanzas. No se puede rebozarse de algo, sin a cambio esperar nada.